¿Sabías que no? No, no me molesta nada de vos, creo que lo único que me molestó siempre te lo dije, es por eso que tengo “mi merecido”. Tengo algo que me merezco, seguro, pero no lo que vos decís. Yo soy “la irrespetuosa” si te digo lo que me pasa y lo que pienso, si te corro porque quiero hacer la tarea que me ordenaste a hacer rápido y no me dejas riéndote mientras me interrumpís el paso sabiendo que eso no me ponía de buen humor (ya debes saberlo, digo, sos mi mamá). Ahora soy “irrespetuosa” porque expreso la manera en la que me molesta la negatividad con la que llegas sabiendo que hace meses estoy mal emocionalmente, ¿ahora me vas a decir que no lo notaste? No jodas. También pensé que sabías que quitándome cosas ibas a poder conmigo, lo mal que haces pensando eso. Sabes que no me molesta no me hiere que me quites cosas materiales. Lo que me enoja, me da bronca es que trates de sacar mi buen humor a penas entras a la casa. Sabes que mis sentimientos y mis cambios de humor son fáciles de manipular. Soy frágil. ¿Qué más vas a hacer? No me importa. La verdad que no. No me vas a impedir escribir lo que refleja, lo que me refleja, lo que amo, no. Al menos lo intentaste “pegándome”, ¿no? Pero sabes (o eso quiero suponer) que lo que a mí no me hieren son los golpes, son las palabras. Y sí, yo te amo, pero lo que justo vos te quejas de mí es de lo que yo me quejo de vos. Por más de lo que yo te haya tenido que decir, sí, me perjudica, una vez más pero bueno, intentalo, no vas a perder nada. Después de todo nos necesitamos una a la otra, ¿no? Eso se verá.