21 noviembre, 2015

Say you'll see me again even if it's just in your wildest dreams

Es tan raro pensar en lo tan buenos que éramos juntos, lo tanto que nos complementábamos a pesar de todo. Fue como una película cortada por la mitad a partir del nudo, como si no nos gustara lo que estábamos viendo y por eso dejamos que lo que teníamos se haya ido por la borda para jamás retomarlo. Nuestra historia era y aún sería hermosa para contar y sentirnos orgullosos de ella. A pesar de no podernos imaginar como más que una muy buena amistad incluso en ese momento, sé lo buenos que éramos y también somos el uno para el otro porque sé que nuestra magia no terminó. Vos seguís queriéndome y yo a vos, seguimos teniendo el mismo recuerdo de cada uno y por eso la última vez que nos vimos nos sentimos como si nada hubiera cambiado, como si esos cuatro cumpleaños que llevamos sin saludarnos parecieran uno a duras penas, aunque nuestros caminos hayan tomado direcciones diferentes. Nadie me hizo ni me hace sentir como vos, a nadie le avergonzaba menos que a vos hacer lo que su corazón le dictaba o defender lo que una amistad tan fuerte como la nuestra valía; si querías hablarme lo hacías aunque implique poner letras al azar porque saludar no hacía falta, y casualmente no eras el único con esas ganas, porque para ese entonces yo tenía abierta la ventana de tu chat hace minutos.

Es el día de hoy que no me arrepiento de nada de lo que tengo (o no) ni de lo que pasó, pero a veces, más de una vez por día, siento que me encantaría saber que te tengo ahí, contarte las cosas buenas y malas que me suceden día a día y que vos me las cuentes a mí. Ojalá algún día el destino nos reúna porque somos lo suficiente cobardes para no afrontar la realidad y hacer cosas que ni yo estaría segura.