Me
caracterizo por continuamente evadir toda muestra de afecto superior a la
amistad, porque ese es el único tipo de amor –además del familiar– que puedo
tolerar. Las parejitas de hoy no hacen más que quitarme las ganas de ser como
ellas; todas las emociones elevadas a la enésima potencia: euforia, tristeza, amor, cursilería, sobre todo DEPENDENCIA es mucho más de lo que puedo dar y
aceptar recibir.
“¿Qué
sentido tiene depender de una persona?” “¿Por qué no podemos ser libres y
fabricar nuestra propia felicidad?” “¿Por qué debemos depositar nuestra
confianza en alguien más que no seamos nosotros?” Son todas preguntas sin
respuesta coherente en las que baso mi soltería, si así quieren llamarla.
¿Qué pasa si algún día esa persona se cansa de vos pero a vos no te pasa lo mismo? Se van a separar, alguno va a quedar con el corazón roto y ese es uno de los sentimientos que nunca quisiera experimentar. Tantos buenos momentos con un pésimo recuerdo no valen la pena.
¿Qué pasa si algún día esa persona se cansa de vos pero a vos no te pasa lo mismo? Se van a separar, alguno va a quedar con el corazón roto y ese es uno de los sentimientos que nunca quisiera experimentar. Tantos buenos momentos con un pésimo recuerdo no valen la pena.
Estar
de novios con una persona lo único que puede darte es más problemas que
soluciones, empezando por la responsabilidad: de verse, de regalarse cosas, de
acordarse cada fecha “importante”, de saber qué le gusta al otro, de compartir
una vida… No quiero compartir mi vida con nadie que pueda llegar a romperme el
corazón. Tampoco quiero someter a un hombre –que cualquiera puede saber que no
están hechos para eso– a que haga todo lo que espero (me lea la mente) porque
obviamente no voy a ser la excepción aunque lo desee, lo reconozco. Si “no nos
prestan atención”, “dan su vida por nosotras” y por supuesto que es lo que
menos podría soportar, un hombre que se humilla por una persona que no lo
requiere.
No nos olvidemos de la gran expectativa que se tiene sobre la otra persona por lo que sea que vaya a hacer, que si no es así se nos cae el mundo abajo.
No nos olvidemos de la gran expectativa que se tiene sobre la otra persona por lo que sea que vaya a hacer, que si no es así se nos cae el mundo abajo.
Sin embargo, ¿creen
que no me pasa eso que a ustedes les pasa de sentir que necesitan a alguien en
ese sentido? Claro que me pasa, pero ya no tanto cuando pienso en las
consecuencias; a veces mi subconsciente minita me juega una mala pasada. No creo que alguien me sepa valorar como merezco, y a la misma
vez creo que nadie me merece, tanto en lo bueno como lo malo.