Uno es como es,
dicen, pero no hacen más que sonar de una forma caprichosa. Soy como soy porque
tengo muchas situaciones únicas e irrepetibles en mi historia por más que no lo
parezcan, porque estos años que tengo de vida, sean pocos o muchos depende para
quién, me marcaron en diferentes aspectos y me hicieron lo que soy hoy; muy
distinta a lo que fui ayer y muy distinta a lo que seré mañana. Tanto situaciones
como personas son las que nos cambian, y no necesitamos siquiera que tengan un
gran poder sobre nosotros ni la voluntad para hacerlo, a veces ni necesitan
hablar, su mera existencia es la que nos cambia.
Reflexionando, pude
darme cuenta de las tantas cosas que me sucedieron para hacerme la persona que
soy hoy, y en la forma que cuesta explicar porque no es algo fácil de
transmitir en palabras, simplemente cualquiera podría entenderlo porque a todos
nos pasa. Me pongo a pensar en todas las personas que influyeron en mi vida no
sólo porque ellas decidieron formar parte (si es que lo hicieron), sino porque
sobre todo yo decidí que ellas ingresen a mi vida e intervengan. A algunas las
dejé ir sin importancia aunque no me hubiera molestado que se quedaran y otras
afortunadamente se quedaron, porque yo quise y porque ellas quisieron, porque
mi influencia en su vida también le suma y no le resta.
Estoy feliz de que sea
así, estoy feliz de las personas que me rodean hoy en día y espero que lo hagan
para siempre. También estoy feliz por las personas que estuvieron en mi vida
pero que por alguna razón nuestros caminos se separaron habiendo tenido una
mínima interacción, porque no importó el tiempo, importó la maravillosa huella
que dejaron en mi vida para influirme en algún aspecto poco o mucho.
Por más que lo
intentemos, las palabras y las razones nunca van a bastar para explicar porqué
actuamos y pensamos de la manera en que lo hacemos. Lo mejor que podemos hacer
es congratularnos y en vez de odiarnos por algo que hicimos o dijimos intentar
cambiarlo aunque después de todo, es la
manera en la que somos.