20 octubre, 2018

Si me enamoré yo no sé, solo sé que me dejaste aquí sola pensando 24/7, no te saco de mi mente

Bueno, Brenda. Yo te agrado y tú me agradas, mucho; así que tenemos que hacer esto juntas.
La verdad que tu manera de ser me tiene totalmente conforme y más, orgullosa también, pero no podemos seguir así. O sí. O no.
La verdad es que no es algo de vida o muerte, y si pasa es porque tiene que pasar, aunque a veces no está tan bueno quedarse con la duda y otorgarle al destino todos los créditos. No del “qué hubiera pasado si...”, más bien con la del “y si me perdí de tal cosa que ‘quería’ por...”.
No sé cuál es la razón. ¿Cobardía? ¿Miedo? De momento solo puedo pensar en “falta de control”. Me cuesta dejar el libre albedrío, sobre todo este caso.
A veces me gustaría que alguien más que yo bajo los efectos del alcohol me poseyera y tome las riendas de mi vida por un breve instante, o que aparezca la excusa perfecta para que nada quede forzado e indiscreto.
Más impotencia aún me genera cuando siento algo tan cerca pero tan lejos, tan posible e imposible al mismo tiempo, tan poco espontáneo que me obliga a querer forzarlo y no esperar a que naturalmente suceda por miedo a que no suceda.
Les presento a mi círculo vicioso, único en su especie, inigualable e incomparable.