05 febrero, 2019

Prefiero acordarme de lo que vendrá

Cuando era chica solía reprimir todo tipo de sentimiento, pensamiento u opinión. Ahora no tanto. Me cuesta menos, sobre todo cuando quieren saber mi punto de vista, con respecto a algunos temas.
Prefiero el silencio, prefiero que las palabras no salgan de mi boca para no convertir el problema en algo aún más real y concreto para alguien más. Sé que si supieran más de lo que deben, no ayudaría en nada, de hecho podría hasta perjudicarlos si se les junta otro problema o información triste más en su mente.
Siento que hay caminos en mi vida que no tienen ni van a tener salida. Me gusta pensar que mi vida es una película y que puedo ser yo la que obtenga el final feliz para todos a pesar de todo, pero ni siquiera puedo hacerme cargo de lo mío.
Opto por no pensar, por concentrarme en lo que realmente importa y solo depende de mí, pero se torna difícil cuando me atormento día a día.
No hace mucho, si tenía un problema así, sabía que tenía con quién contar y además sabía que ese alguien iba a tolerar mis palabras, que podía sostener su vida y también la mía en ese momento. Ya no. Ya no encuentro quién realmente pueda quitarle valor a mis palabras, solo quien pueda borrar los pensamientos por un rato, con lo que no tengo otra opción más que conformarme.