07 febrero, 2019

You say that I'm kinda difficult, but it's always someone else's fault ·

Escribo porque estoy harta, como siempre que escribo. Para sanar hasta dónde puedo, porque no puedo escapar de esta realidad horrible en la que vivo día a día.
Me importa mi apariencia, amo el verano, salir, disfrutar. A veces, vestirse como una quiere significa que te miren, aunque no sea por eso que una lo hace. Cada uno es libre de mirar, hasta ahí. Salga como salga de mi casa (sin escote, con escote, con ¡la cintura! Descubierta, sin la cintura descubierta, con la piernas –peludas- al aire, sin las piernas al aire, con tacos, sin tacos, con mini falda, sin minifalda, con hombros descubiertos, sin hombros descubiertos, maquillada, desmaquillada, etc.), me siento constantemente expuesta a la mirada de los hombres, esperando que al menos uno de todos los que me cruce emita un comentario innecesario e irrelevante referido a mí. Cualquier explicación que quiera encontrarle a su conducta es impensable. Lo lógico y normal es que una pueda andar por la calle como se le ocurra, tal como lo hacen ellos. Sin embargo, no nos queda otra opción que cambiar nuestra manera de vestir (que ya no sé si importa demasiado) o acostumbrarnos a que hagan lo que quieran con nosotras.
La personalidad que me caracteriza me reta cada vez que escucho algo de más en la calle, algo que no me interesa y sobre todo me molesta escuchar. Una vez mínimo. En una realidad paralela yo les grito lo que pienso, tal como lo hacen ellos, o al menos atino a levantar el dedo mayor en su dirección, pero ni siquiera puedo atreverme porque sé que si lo hago me pueden alcanzar y no quiero ni pensar en qué me harían.
Si sos del género masculino no podés imaginar, ni siquiera empatizar con lo que nos pasa. No existe punto de comparación entre nuestra vida y la suya. Me encantaría pensar que con el asunto del feminismo, realmente los hombres se están calmando ante nuestra presencia. Eso es solo un deseo, una utopía me animaría a decir.